Donde se celebra
DEMANDAFOLK 2022 se llevará a cabo en el Valle de Valdelaguna y Huerta de Arriba
situados en la comarca de la Sierra de la Demanda, a unos 80 km de Burgos.
El entorno: el VALLE VALDELAGUNA
El Valle de Valdelaguna forma parte de la Sierra de la Demanda, Sierra que ocupa el cuadrante sureste de la provincia de Burgos.
En el extremo noroccidental del Sistema Ibérico, su proximidad con la Cordillera Cantábrica le hace ser la más húmeda de todo el Sistema.
Su orografía está marcada por los ríos de aguas bravías (Arlanza, Arlanzón, Tirón, Pedroso, Oropesa, Urbión…), que no han sufrido en demasía los extendidos problemas de contaminación causados por el hombre en el pasado siglo.
Por esto, desde el punto de vista piscícola gozan de merecida fama en todo el país.
Dicha pluviosidad influye también en la vegetación: en los fondos de los valles hay fértiles campos de cultivo; en las zonas bajas, secas y rocosas, abundan encinas y robles; hay zonas de intensa repoblación forestal (pinos) y en las zonas altas aparecen los arbustos resistentes a las bajas temperaturas (piornos, enebros o brecinas).
En sus zonas umbrías (sobre los 1.400-1.600 m.), se encuentran algunos de los hayedos más meridionales de Europa. También cuenta con uno de los sabinares más extensos y mejor conservados del continente, el del Arlanza, en su sector suroccidental.
Abundan los jabalíes, ciervos, corzos y zorros. También hay ginetas, tejones, garduñas, comadrejas, gato montés, nutria, lirón, becada, perdiz roja y pardilla. El lobo ibérico hace acto de presencia esporádicamente.
La avifauna resulta especialmente rica y variada: algunas de las grandes rapaces (halcón peregrino, azor, águila real, halcón abejero, búho real, buitre leonado, alimoche, ratonero…), son relativamente fáciles de observar.
Esto ha motivado que diversas áreas de su territorio hayan sido declaradas Zona de Especial Interés para las Aves (ZEPA).
La presencia del hombre ha sido constante y, consecuentemente, también su acción sobre el paisaje. Fue un importante centro de actividad pastoril, lo que llevó consigo la corta de árboles para obtención de pastos, y de ello dan fe las dehesas de Tolbaños de Abajo, de Huerta de Arriba o de Monterrubio de la Demanda.
En este sentido, la transhumancia ha sido una actividad esencial en los pasados siglos, ya que los escasos cultivos, las maderas sin explotar y los abundantes pastos favorecieron la vocación ganadera, y aunque a lo largo del pasado siglo decaiga la organización mesteña, es indudable la impronta que deja la misma en el folklore de estas tierras.
El sentido comunitario del Valle tiene su máxima expresión, en lo que a folklore se refiere, en la romería de la Virgen de Vega, que se realiza todos los años en el mes de septiembre.
En este tipo de celebraciones suelen aparecer los cantos más festivos, formando junto a las bodas las dos manifestaciones más alegres y abiertas del folklore castellano.
El folklore del Valle lo componen romances religiosos, profanos y pastoriles, rondas de casamientos, plegarias populares y canciones pícaras.
El lugar de Vega se cita ya en el año 1.044 con motivo de su entrega a los monasterios de San Pedro de Arlanza y al, hoy desaparecido, de San Cristóbal, de Vallejimeno.
Según la tradición local, en este lugar había una antigua población de la que hoy se conserva la ermita o casa de «Vega».
La «comunidad de Patria» está integrada por los pueblos de Huerta de Arriba y de Abajo y Tolbaños de Arriba y Abajo, rotando anualmente entre ellos para la organización de la fiesta.
Su orografía está marcada por los ríos de aguas bravías (Arlanza, Arlanzón, Tirón, Pedroso, Oropesa, Urbión…), que no han sufrido en demasía los extendidos problemas de contaminación causados por el hombre en el pasado siglo.
Por esto, desde el punto de vista piscícola gozan de merecida fama en todo el país.
Dicha pluviosidad influye también en la vegetación: en los fondos de los valles hay fértiles campos de cultivo; en las zonas bajas, secas y rocosas, abundan encinas y robles; hay zonas de intensa repoblación forestal (pinos) y en las zonas altas aparecen los arbustos resistentes a las bajas temperaturas (piornos, enebros o brecinas).
En sus zonas umbrías (sobre los 1.400-1.600 m.), se encuentran algunos de los hayedos más meridionales de Europa. También cuenta con uno de los sabinares más extensos y mejor conservados del continente, el del Arlanza, en su sector suroccidental.
Abundan los jabalíes, ciervos, corzos y zorros. También hay ginetas, tejones, garduñas, comadrejas, gato montés, nutria, lirón, becada, perdiz roja y pardilla. El lobo ibérico hace acto de presencia esporádicamente.
La avifauna resulta especialmente rica y variada: algunas de las grandes rapaces (halcón peregrino, azor, águila real, halcón abejero, búho real, buitre leonado, alimoche, ratonero…), son relativamente fáciles de observar.
Esto ha motivado que diversas áreas de su territorio hayan sido declaradas Zona de Especial Interés para las Aves (ZEPA).
La presencia del hombre ha sido constante y, consecuentemente, también su acción sobre el paisaje. Fue un importante centro de actividad pastoril, lo que llevó consigo la corta de árboles para obtención de pastos, y de ello dan fe las dehesas de Tolbaños de Abajo, de Huerta de Arriba o de Monterrubio de la Demanda.
En este sentido, la transhumancia ha sido una actividad esencial en los pasados siglos, ya que los escasos cultivos, las maderas sin explotar y los abundantes pastos favorecieron la vocación ganadera, y aunque a lo largo del pasado siglo decaiga la organización mesteña, es indudable la impronta que deja la misma en el folklore de estas tierras.
El sentido comunitario del Valle tiene su máxima expresión, en lo que a folklore se refiere, en la romería de la Virgen de Vega, que se realiza todos los años en el mes de septiembre.
En este tipo de celebraciones suelen aparecer los cantos más festivos, formando junto a las bodas las dos manifestaciones más alegres y abiertas del folklore castellano.
El folklore del Valle lo componen romances religiosos, profanos y pastoriles, rondas de casamientos, plegarias populares y canciones pícaras.
El lugar de Vega se cita ya en el año 1.044 con motivo de su entrega a los monasterios de San Pedro de Arlanza y al, hoy desaparecido, de San Cristóbal, de Vallejimeno.
Según la tradición local, en este lugar había una antigua población de la que hoy se conserva la ermita o casa de «Vega».
La «comunidad de Patria» está integrada por los pueblos de Huerta de Arriba y de Abajo y Tolbaños de Arriba y Abajo, rotando anualmente entre ellos para la organización de la fiesta.
El recinto del festival